Que tiempos aquellos, que risas tan sanas... chistes sencillos de cosas sencillas. En estos momentos necesitamos capazos y capazos de carcajadas de estas que te ensanchan el pecho y sale un suspiro cuando terminas de reír, ha desaparecido por unos minutos la tensión que nos ocupa estos tiempos.
Gracias Eugenio por dejarnos estos trocitos de cielo.
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